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Hoy hablaremos de una gran problemática que forma parte de la reforma: la seguridad.

La seguridad en la reforma tiene ciertas similitudes y conexiones con su madre: la construcción. Pero también tiene algunas particularidades que la convierten en un poco menos riesgosa. Sin embargo, la seguridad en la reforma es un problema importante del sector. Al igual que en la construcción, un proyecto de reforma es un escenario idóneo para sufrir lesiones graves si no se toman las medidas adecuadas.
La falta de seguridad en la reforma a menudo tiene impactos devastadores. Un accidente o lesión en el lugar de trabajo te hará perder un tiempo valioso cuando tú o alguien de tu equipo quede inhabilitado para trabajar. Gastarás tiempo y dinero buscando un reemplazo o tendrás que posponer el proyecto hasta que tu trabajador pueda regresar. También, tendrá un impacto en la productividad sobre el resto del equipo debido a que el mismo tendrá que lastrar con una mayor carga de trabajo. Todo esto son fugas que se representan como costes extras para el proyecto en general.
Mantenerte a salvo a ti y a los de tu equipo tiene que ser siempre una prioridad. La seguridad forma parte de hacer las cosas bien. Por ende, cuando en el proyecto en el que trabajas no hay seguridad o hay falta de la seguridad correspondiente, lamento ser yo quien te informe que no estás haciendo las cosas bien.
En este artículo no pretendo enseñar ni indicar las cuestiones normativas o reglamentarias referentes a la seguridad, sino una serie de consejos cotidianos que contribuirán a reducir el riesgo de sufrir accidentes en tus proyectos.

Debido a esto, voy a proporcionarte en este artículo 7 ideas generales (que no son ni reglas ni normas) para que promuevas en tu día a día y mejores la seguridad en tus proyectos.

1) INCULCA LA FILOSOFÍA DEL “100% seguro”:

Comienza por la base. Como cada cosa en la vida, todo se traduce en hábitos y constancia. Construir una cultura de seguridad de primer nivel no ocurre de la noche a la mañana. Para generar esa filosofía, primero tienes que comenzar por ti mismo. Las acciones hablan más que las palabras. Tienes que dar el ejemplo ante tu equipo. No tiene que haber lugar para las excepciones, porque los accidentes suceden cuando se da lugar a los descuidos. Cuando una excepción suceda, tiene que estar suficientemente prevista y evaluada.

2) MANTÉN LIMPIA Y ORDENADA LA OBRA:

Parece una tontería y algo obvio. Pero muchas (por no decir la mayoría) de las reformas que tuve la suerte de visitar no cumplen con esta premisa. La falta de limpieza y organización de la basura o escombros provoca innumerables accidentes, y los ganadores son: los tropiezos y resbalones.
Comenzando por el orden: cuando arrancas con un nuevo proyecto, delimita un determinado espacio para colocar la basura, otro espacio para dejar las herramientas, y otro para descansar. Esto te ayudará a prevenir cualquier contingencia. El área de trabajo debe dejarse limpia cada día y especialmente al final del trabajo diario. Debe estar lo más libre de polvo y escombros posible. Si las cosas quedan dispersas y sin orden, las mismas podrían ocultar un hueco o agujero en el suelo siendo potencialmente peligroso para pisar y provocar una lesion en el tobillo, o podrían bloquear un hueco de ventilación, o simplemente podrías tropezarte con el saco de escombros que tiene un hierro puntiagudo y que consecuentemente este acabe clavado en tu pierna. Son casi incontables las consecuencias negativas que se podrían generar fruto de la falta de limpieza y orden.

3) TOLERANCIA CERO AL INCUMPLIMIENTO DE LOS EPIS CORRESPONDIENTES:

Los peligros en la reforma pueden incluir lesiones en los ojos, en extremidades y otras partes del cuerpo. Las fallas mecánicas o eléctricas también pueden ser peligrosas, e incluso pueden ocasionar muertes. Por lo tanto, es muy importante que tu y tu equipo estéis bien dotados del correspondiente Equipo de Protección Individual (EPIS).
Para minimizar las lesiones de tales accidentes, los trabajadores deben usar guantes, gafas de seguridad , botas de seguridad, rodilleras, orejeras, cascos, respiradores y chalecos cuando sea necesario. Pero deben usarlos SIEMPRE. Una vez que el equipo se acostumbre, lo hará siempre. Para eso tienes que tener una tolerancia cero ante quien no lleve los EPIS.
Uno de los mayores errores que los reformistas pueden cometer es escatimar cuando se trata de seguridad. Comprar las botas más baratas generando ampollas o dolores terribles en los pies del personal, no proveer rodilleras a un trabajador que tiene que instalar 100 mts2 de suelo laminado en rodillas. Ya todos conocemos el típico caso del que estaba trabajando con la amoladora y se cortó un dedo, o cuando una esquirla le quemó el ojo. Esto no puede suceder en tu proyecto. Haz las tareas.

4) ALÉJATE DE LOS TRABAJOS QUE REQUIERAN PERMISOS O TÍTULOS ESPECIALES:

Piensa dos veces si tienes que realizar un trabajo que requiera un permiso especial, como fontanería o electricidad. Si no sabes lo que estás haciendo, no te arriesgues a hacerlo. Esto puede acarrear horribles accidentes. Si no sabes, o no estás lo suficientemente preparado para llevar a cabo esa tarea, pues contrata directamente al especialista.

5) SEÑALIZA:

En pocas obras el reformista se toma el trabajo de señalizar y delimitar áreas de la obra. Las señales de seguridad permitirán a un potencial visitante (podría ser tu cliente, el propietario) advertir un posible peligro. Coloca señales o carteles adecuadamente alrededor del sitio cuando sea necesario. Tú y tu equipo debéis estar familiarizados con los consejos de seguridad en la reforma y saber diferenciar los diferentes signos: señales de prohibición, señales obligatorias, señales de advertencia, peligro de riesgo eléctrico, etc.
Al comenzar a trabajar con el proyecto, puedes colocar carteles en sitios específicos en los que detectes riesgos. Además de brindarte seguridad, tu cliente valorará esto como un signo de profesionalidad.

6) EN CASO DE DUDA: PARAR, CONSULTAR, PREPARAR:

Es más probable que los accidentes ocurran cuando en la obra se presentan dudas y se toman decisiones apresuradas, sin detenerse a analizar por un segundo las posibles consecuencias perjudiciales. ¿No estás seguro por donde pasan las tuberías de gas y estás por derribar el muro? ¿No sabes con certeza cómo hacer algo de forma segura? ¿de repente crees que algo anda mal? Siempre puedes parar los trabajos y preguntar. Siempre puedes detener la obra y consultar. Se tarda 5 minutos en comprobarlo, pero puede que no sea tan fácil arreglar la vida de alguien o la salud de alguien si las cosas salen mal. Es mejor prevenir que curar. 

7) ESTAR SIEMPRE ATENTO AL ENTORNO:

Uno de los mejores consejos de seguridad que se puede dar a cualquier persona que esté trabajando en una reforma es el estar siempre al tanto de su entorno. Siempre con los ojos abiertos. Tienes que prestar atención a lo que está pasando a tu alrededor cuando estás en la obra. Dependiendo del tipo de obra que vayamos a realizar o en la que estemos participando, encontraremos unos riesgos laborales u otros. Es fundamental siempre estar atento al entorno de trabajo en el que se lleva a cabo: no es lo mismo una reforma en el medio de una ciudad o dentro de una empresa en funcionamiento, o en una finca, etc. En cada una de estas tendrás características propias que tendrás que poner el foco in situ.

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