Es una práctica común en el mundo de la reforma y de la construcción que las empresas y profesionales que se dedican a la venta de materiales de construcción realicen ofertas agresivas de determinados materiales o en momentos específicos del año. Los motivos que impulsan a estos almacenes a realizar liquidaciones son diversos, los he visto de todos tipos y colores. Desde cambios en las normativas de calidad, cambios de gama, hasta la descontinuación en la fabricación, materiales con algún defecto, etc. Toda causa que pueda empujar a una eventual pérdida de beneficio al comerciante, o cualquier necesidad del establecimiento de eliminarlos rápidamente por causas extraordinaria puede convertirse en un buen motivo justificado para realizar una liquidación. Y no es la intención de este artículo debatir sobre las diferencias entre una liquidación, rebaja, promoción o saldos. Simplemente llamaremos “liquidación” a todo este tipo de acciones comerciales.
Ahora bien, estas empresas o almacenes de construcción, a menudo recurren a sus clientes profesionales o clientes importantes para vaciar sus stocks obsoletos o casi obsoletos. Se intenta realizar una especie de win-win, permitiéndole ganar al cliente profesional al recibir una propuesta tentadora desde el punto de vista del precio, y al mismo tiempo gana la empresa de materiales de construcción al quitarse de encima materiales tóxicos de su stock.
A su vez existe un gran número de reformistas y constructores que, siempre que sale una oferta de este tipo, se sienten atraídos de la misma manera que la gravedad hace con los cuerpos que orbitan en la tierra.
Esta idea, que puede sonar muy romántica y beneficiosa, puede traerte consecuencias indeseables si no son ejecutadas con un previo análisis o si te dejas llevar por la seductora oferta. No está mal aprovechar oportunidades, tampoco está mal invertir y arriesgar en algo que te podría aportar un beneficio extra. Lo que es importante es que seas consciente de los diferentes riesgos que implica adquirir materiales de estas características. Algo que en un principio se presenta como una gran oportunidad que no deberías dejar escapar, en algunas situaciones puede poner en aprietos a aquel constructor o reformista aventurado que lo único que pretendía era agrandar su margen de ganancia en algún proyecto.
Debido a ello, creo que antes de llevar a cabo alguna operación o compra de esta índole, deberías considerar algunas preguntas que te ayudarán a tomar la decisión correcta cuando se presente ante ti cualquier posibilidad de compra de materiales en liquidación.
CUESTIONA LO SIGUIENTE
Comienza por realizarte a ti mismo algunas preguntas de modo que te permitan evaluar la conveniencia de la compra. Puedes intentar responder preguntas como por ejemplo, ¿sabes en cuál proyecto en concreto emplearás el material? La misma respuesta te otorgará el 60% de la decisión que debas escoger respecto a la compra de este tipo de materiales. Si no tienes claro donde emplearás este material, probablemente debas reconsiderar esta compra.
Otras de las preguntas que debes tomar en consideración son las relativas al daño que el material pueda eventualmente sufrir: ¿existe la mínima posibilidad de que el material en el trayecto a la obra se estropeé? ¿tienes medios de movilidad aptos para realizar el transporte del material sin que este se rompa?. Pues aquí de nuevo, si la respuesta te dice que el tipo de material resulta ser frágil y hay muchas probabilidades de dañarse, entonces la respuesta naturalmente se declina por el no.
También debes cuestionar lo siguiente: ¿Es un material que si se pierde parcialmente o se rompe será irremplazable? ¿hablamos de un material que si eventualmente llegase a faltar una pieza o un poco más del mismo material podríamos conseguirlo en el mercado en general? ¿puedes controlar al momento de la compra las condiciones en las que se encuentra el material o se complica el control debido a que viene todo en su embalaje?. Todo esto que en principio puede sonar un poco tonto y efímero puede resultar de gran ayuda o prevenir dolores de cabezas.
ALGUNOS EJEMPLOS
Ahora paso a comentar diferentes situaciones que he podido experimentar o que algún que otro reformista alguna vez me ha comentado a modo de anécdota. Esto también te ayudará a identificar y prever cualquier tipo de inconveniente que se pudiera presentar. Aquí vamos.
1 SUELOS LAMINADOS
Tienes que cambiar el suelo laminado a un cliente, realizas el calculo, calculas recortes, y ese suelo laminado que te ofrecieron con 50% de descuento encaja a la perfección con los metros cuadrados del proyecto que tienes en manos. Todo encaja en teoría a la perfección. Tu cliente está contento por lo barato que le costó el suelo, o tú estás contento porque pudiste ahorrar en el material, lo que se traduce en un mejor beneficio para tu empresa. Pero a medida que avanza la instalación del suelo, surge algún imprevisto: o se realizó mal el cálculo de metros cuadrados, o el cliente decide ampliar algo que en el principio no estaba estipulado, o los desperdicios por recortes fueron más de los previstos, o lo que sea. Algo en el medio se hizo mal, y cuando estás a punto de finalizar el proyecto te das cuenta que no puedes acabar porque te faltan dos (o una) cajas. Déjame decirte que en el 99% de los casos, estás jodido. ¿Ves cómo muy fácil el diablo puede meter la cola?. Pues, ve con cuidado en este asunto.
2 PUERTAS INTERIORES O DE ENTRADA
Situación: compras un lote de puertas a un precio estupendo porque se encuentran en liquidación. Son 10 puertas que pensabas que las emplearías en una obra próxima, pero al llegar el momento de la obra resulta que la mano de apertura de las puertas o el ancho de las puertas no es el mismo. O que en realidad necesitas 12 puertas y no 9 puertas. O simplemente sucede que las puertas que compraste son de 82,5 y las medidas de varias puertas tienen que ser 72,5 porque no tienes más tabique. Como ves, no estar atento en cada uno de estos detalles podría resultar un martirio para tu empresa.
3 CERÁMICA
Aquí te puede suceder lo mismo que sucede con el suelo laminado, pero con otras complejidades. Aquí la variable que se puede presentar y que no sucede normalmente con el suelo laminado es la del tono y calibre. Puede suceder en el mejor de los casos tu proveedor pueda conseguirte esa cerámica que se liquidó, pero en otro tono y calibre. Lo que convertirá al suelo de tu proyecto en una especie de ajedrez para el ojo humano. Esta es una de las prácticas más comunes que se da en nuestro sector y el error más frecuente cuando se compra materiales de fin de existencia. La razón por la cual la cerámica es la estrella líder, al hablar de materiales de construcción para liquidar, se debe a que este es un producto que pasa de moda rápidamente. Las fabricas cada año renuevan sus partidas y todo lo que no se vende en apenas dos años pasa a liquidación. Una vez en liquidación, las probabilidades existentes de que este material se esfume de la faz de la tierra son muy altas. Por lo que si hipotéticamente necesitas más cerámica de este tipo, probablemente estarás arruinado.
4 HERRAMIENTAS DE EXPOSICIÓN
Un amigo constructor compró a una tienda de materiales de construcción una herramienta de exposición que tenía un descuento del 40%. Una herramienta maravillosa. Un pepino. Pero con lo que no contaba este constructor era que a los meses de haber comprado la máquina se le estropeó la batería. Para su sorpresa, cuando fue a entregarla al servicio técnico para la reparación, se enteró que había que reemplazar la batería por una nueva. Pero para su sorpresa la batería que necesitaba su herramienta era incompatible con las baterías de nueva generación con las que el fabricante trabajaba en la actualidad. Su herramienta había sido diseñada y fabricada 5 años atrás, y ya no se trabajaba ni la herramienta ni los accesorios. Por eso, querido reformista, mucho cuidado con la discontinuidad o incompatibilidad que pueden presentarse en este tipo de materiales.
5 SACOS DE MORTERO ABIERTOS
He visto cómo empresas de materiales venden sacos de diferentes tipos de morteros que por cualquier causa o accidente se rompieron, y no entiendo cómo profesionales del sector compran este tipo de materiales solo porque les hacen un buen descuento en este tipo de sacos. Es una actividad típica que los almacenes realizan. Solo te pido que no lo hagas, porque el riesgos de obsolescencia es muy alto. Piensa que este material al tomar contacto con el agua se transforma químicamente. Es decir, basta que adquiera un poco de humedad del ambiente para que este material mute y pierda sus propiedades constructivas. Por eso, mucho cuidado con este tipo de ofertas que aparecen repentinamente en los almacenes de construcción.
6 GENERADORES ELÉCTRICOS
Una vez le vendí un generador eléctrico a un cliente constructor que debía construir una piscina en una finca donde no llegaba la luz. Por supuesto que tuvo que acudir al generador eléctrico para poder trabajar en el proyecto. Resulta que a los pocos meses de comprarlo algo no funcionaba bien en el generador. Con apenas unas semanas de uso en aquella obra. Procedí a tramitar la reparación enviándole al servicio técnico. Pero la sorpresa vino cuando nos enteramos que el servicio técnico hacía meses que había dejado de operar en España, era inexistente. Finalmente pude gestionar la devolución del dinero por parte de la empresa para la que trabajaba. Y por supuesto el pedido de disculpas correspondientes al cliente. Sin embargo, esto podría haberse convertido en una gran pérdida de dinero para el constructor.
Espero que todos estos casos te ayuden a tomar una decisión más acertada si estás planeando comprar alguna oferta de materiales en liquidación. Con esto terminamos. ¡Hasta la próxima!