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Ser reformista implica ser un emprendedor con todas las letras. Y un emprendedor, o al menos un buen emprendedor, es alguien que dedica gran parte de su tiempo y enfoca sus energías al marketing. Te guste o no, si tienes una empresa de reformas, estás en el negocio del marketing y las ventas. 
En los días que corren, la diferencia entre un servicio muy bueno y otro muy bueno es la comunicación que se le da al mercado. Es decir, residen ahí las diferencias entre el buen y el mal marketing. Por eso decimos que el marketing es la sabia que nutre a tu empresa de reformas, y sin él tus servicios nunca llegarán a los clientes que quisieras que lleguen.
Desgraciadamente, en el mundo de la reforma el marketing tiene telarañas. Está en un rincón, aparatado, esperando por un reformista que se adueñe de él y lo saque a relucir. Gran parte de los reformistas ni siquiera tienen nociones mínimas de marketing. Y esto es un gran error que observo en nuestro nicho.
Yo, personalmente, comprendo y empatizo con la realidad que vive un reformista. Es normal que prestes más atención a los asuntos urgentes y que hagas lo que mejor sabes hacer. Es normal que si tienes trabajo enfoques tus esfuerzos hacia el proyecto que tienes en manos y no hacia lo que vendrá. Pero déjame decirte que este modo de trabajo es la versión tradicional. Y lamentablemente la mayoría de las maneras tradicionales son absorbidas por las nuevas o innovadoras vías. El mundo cambia a un ritmo vertiginoso, y la ley teoría evolutiva de Darwin tiene más peso que nunca en nuestros días. El que se adapta al cambio es quien tiene más chances de anteponerse ante las adversidades, y por consecuencia sobrevivir. 
Así, en algún momento dado, quien no se adapte al contexto y al cambio sufrirá los avatares que las revoluciones dejan a su paso. Y que por desgracia nuestra cada vez que pasa el tiempo se dan con más frecuencia. Y esa es la razón por la que estás leyendo este artículo. Porque la idea que tengo hoy es la ayudarte a que te adelantes a esos hechos que sucederán, o que están sucediendo, y que pueden poner en peligro la salud de tu negocio o la continuidad del mismo en el mercado. Pero tranquilo, porque nadie nace sabiendo y todo se aprende. Y la buena noticia es que si comienzas en este aspecto de tu empresa, probablemente comiences a diferenciarte de tu competencia.
Hoy no voy a hablar de técnicas de marketing efectivas, ni de estrategias, nada de eso. De hecho, podríamos escribir libros enteros sobre eso. Porque si hasta ahora no has aplicado marketing en tu empresa, probablemente esto sea difícil de llevar.
Por eso, entre estas líneas, tengo como objetivo que te quedes con 3 ideas madres. Quiero que las incorpores en tu mente, que tomes conciencia de su importancia, y que en un futuro cercano o próximo comiences a aplicarlas. Comenzamos.

1) Toma la decisión de aplicar marketing a tu empresa de reformas de una vez por todas

Cuando un reformista me comenta sobre su empresa y no hace referencia al marketing, automáticamente pienso que en que estoy frente a alguien que tiene tatuado en la frente RIP. Y posteriormente siempre me pregunto a mí mismo cuánto tiempo sobrevivirá en este mundo sin aplicar estos principios. Es un hecho que la mayoría de los reformistas no lo aceptan. Si ofreces cualquier tipo de producto o servicios, te dedicas a las ventas, y las ventas llevan al marketing de la mano. Tienes que aceptar esto como un hecho contundente del mundo actual. Quien no está en el marketing, tiene pocas chances de sobrevivir.

2) DEBES INVERTIR UNA BUENA PARTE DE TU TIEMPO O DINERO EN MARKETING

Es un hecho que debes mentalizar y darlo por verdad absoluta. A estas alturas no puedes continuar evitando al marketing. Hay quienes indican que cualquier empresa debería invertir al menos el 50% de tiempo, presupuesto y energía en el marketing. No vamos a exagerar. Podemos hacerlo de a poco. Pero invertir tiempo y/o dinero en el marketing es un hecho irreversible que debes incorporarlo. El reformista promedio piensa que si su servicio es bueno, este se venderá solo. Y piensa que como venderá por sí solo no es necesario el marketing. Pues es una verdad a medias, porque en realidad el mercado está inundado de reformistas que ofrecen un buen servicio. Y, como ves, hablo de servicio, y no de buenos reformistas. Porque buenos reformistas hay millones. Pero los tiempos actuales demuestran que no es suficiente ser bueno brindando el servicio. El mercado pide un plus que si no eres capaz de ponerlo en práctica, el mismo se ocupará de quitarte cada vez más y más partes del pastel.

3) SI NO PUEDES O NO QUIERES DEDICARLE TIEMPO, DELÉGALO:

No todos nacemos para hacer de todo. Y probablemente la razón por la cual eres un reformista que hace muy bien su trabajo sea porque eres un tipo de persona con un perfil más manual, menos del ordenador y más de lo artesanal. Es decir que probablemente se te da muy bien la cuestión técnica, pero no así todo aquello que está ligado a tu negocio. Seguramente prefieres estar dentro de la obra colaborando con tu equipo que sentado enfrente de un ordenador. Pues, en este sentido, es importante que detectes eso y procedas a delegar ese trabajo si no reúnes con el perfil para desarrollar una tarea de marketing. Hay gente que lo hace muy bien, que es muy profesional, y que verdaderamente su aporte pueda representar un gran crecimiento o incluso potenciar las ganancias a tu empresa. 

    Sin más, estimado reformista, me despido hasta la próxima.

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