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Hoy vamos a explorar y comentar algunos de los errores que las empresas de reformas deben evitar. Son errores que pude detectar en aquellos reformistas o empresas de reformas que, por el volumen de trabajo que tienen y/o por la vorágine del día a día, acaban descuidando éstos aspectos. Son errores que generalmente tienen un impacto profundo en el éxito de cualquier proyecto de reforma y, por supuesto que también, en el crecimiento de la empresa. Si logras evitarlos estoy seguro que va a potenciar tu negocio a niveles impensados. Sin más preámbulos vamos al lío.

1. Ponerse a trabajar sin un plan  

Cualquier tipo de nicho, incluido el de la reforma, se construye desde cero con trabajo duro, sin parar, sin aflojar, con determinación. Pues bien, a medida que tu negocio madura y crece, la necesidad de una planificación estratégica se transforma en necesaria y fundamental. Y aquí es donde muchos reformistas se atascan, y la falta de planificación no les permite continuar creciendo. Claro, su modelo de negocio (el de trabajar duro) no les facilita la posibilidad de elevar todavía más la curva del crecimiento. Ese es el punto donde llega una meseta y el negocio se aplana para muchos reformistas. Lo que tienes que saber es que cuantos más empleados y más clientes agregues, más crucial se volverá la metodología que emplees para llevar a cabo una comunicación eficaz y una labor fuerte. Es decir, más importante será la planificación. Si no lo haces, entonces tendrás que hacer malabares con más horarios, más documentos, más listas de verificación, más de todo.
Cuando tu negocio crezca tus hojas de cálculo y notas escritas a mano no solo resultarán insuficientes, sino que simplemente no serán lo mejor, o lo más productivo mejor dicho. Comenzar tus labores de reforma sin un plan no solo creará caos, sino que obstaculizará tus objetivos a largo plazo. De ahí la importancia de trazar una ruta que te lleve a tu gran propósito. 
Así que, si aún no has adoptado las herramientas que la tecnología te puede proporcionar, si aún no has comenzado a aplicar alguna metodología de planificación, es hora de que comiences a hacerlo. En otro capítulo seguramente hablaremos con más profundidad de esto, porque hay mucho por decir.
Contrariamente a lo que podrías pensar, un software de gestión de proyectos no es solo para grandes empresas, o para los constructores. Así que no te cierres tampoco a las nuevas tecnologías, porque increíblemente te podrían sorprender. Invertir en las herramientas adecuadas va a ayudar a tu pequeño o gran equipo a abordar las tareas diarias mientras tú te preparas para escalar tu negocio.

2. no hacer partícipe al equipo 

Siendo el líder de tu empresa puedes navegar como más te convenga, dirigir el timón a tu gusto, por supuesto. Sin embargo, ignorar o subestimar los riesgos de omitirle información a tu equipo puede conducir a daños que te traerán dolores de cabeza. Esto,lo pude ver replicado en innumerables equipos de reformistas.
La implementación de una cultura de transparencia te va a garantizar a que evites errores comunes que comenten los reformistas. He visto clientes entrar a la obra y que los empleados no sepan que al día siguiente tienen que recibir a primera hora la cerámica, por ejemplo. Algo que puede dejarte mal parado desde el punto de vista profesional. Por eso la idea en este punto es que le des a tu equipo una visión general de los proyectos desde el principio, para que puedan anticipar mejor los desafíos o los riesgos potenciales. Hacer cumplir la importancia de la comunicación y mantener a todos en el mismo hilo de comunicación, tanto en el campo de batalla como en la oficina.
Permitir que tu equipo se involucre de principio a fin les da una sensación de pertenencia del proyecto, y al equipo. Sin darte cuento esto será de gran ayuda a tu empresa. 

3. Centrarte demasiado en los resultados y no en los procesos

Resultados. Es lo que todo reformista en su pequeña o grande empresa quiere ver. Mientras corres hacia los plazos que tienes que cumplir, y mientras vas en busca de ingresos y más ingresos, es importante que no pierdas de vista cómo estás llegando hacia esos puntos. Es decir no tienes que perder de vista el cómo, el proceso. Ahí residen la calidad y la profesionalidad. Para eso tienes que invertir tiempo y esfuerzo en los pasos reales necesarios para lograr tu trabajo de calidad.
Desde mi experiencia he visto cómo los reformistas corren en búsqueda del resultado (o del dinero si se me permite) sin observar y poner foco en el proceso. Es una metodología que trae consigo un crecimiento (a veces exponencial( y se gana terreno en lo económico. Y digo que gana terreno en lo económico porque haciéndolo de esa manera ganarás prestigio desde lo profesional. Y ya sabemos lo que sucede con un profesional prestigioso en el mercado.
El problema generalmente se da cuando la bola de nieve laboral comienza a ser más grande, y más grande. Es en ese momento donde el reformista pierde de vista el proceso y focaliza solo el resultado.
El proceso es en lo que realmente deberías centrarte si quieres que tu empresa de reformas funcione a largo plazo. Es ahí donde reside el valor que tu empresa le brinda a un cliente, y es lo que va a lograr fidelizar a tus clientes de hoy. Y, a su vez, van a ser estos los que van a dar publicidad a tu negocio. Un flujo de trabajo optimizado y sistemas organizados son lo que te harán llegar a los resultados deseados. Si consigues maximizar los recursos, minimizar el riesgo y desglosar cada trabajo paso a paso, el éxito está garantizado. Pero para eso tienes que llevar el proyecto de la mano. Ocúpate del proceso, este solo te llevará al resultado final. 

4. No realizar un seguimiento y NO supervisar el progreso

Muchos reformistas piensan que basta con hacer rodar la pelota, y que una vez que la pelota pilla ritmo, el resto va por inercia. Pues en realidad no se trata de chutarla para que esta continúe su ritmo. Tienes que seguir el movimiento y la velocidad que lleva el proyecto de principio a fin. Y tu trabajo es el de anticiparte a los pasos que hay que dar en el camino. Esta es la única forma en que puedes ver los posibles problemas que deben abordarse o detectar errores menores que podrían conducir a grandes errores en la obra.
El seguimiento cuidadoso de cada tarea significa que podrás obtener métricas y datos que te facilitarán tomar las mejores decisiones para tus próximos proyectos. Esta base es la que te permitirá analizar donde has tenido problemas, dónde has tenido demoras, atascos, y donde te fue de maravillas. También te da la oportunidad de garantizar la rendición de cuentas y comprobar si esfuerzos de los miembros de su equipo han valido la pena, entre otras cosas. 
Como pequeña empresa, es probable que lleves varios frentes abiertos con muchas otras responsabilidades que requieren tu tiempo y atención. Lo último que necesitas es agregarte más y más trabajo. Esta es otra gran razón por la que deberías automatizar algunas de esas tareas con la ayuda de alguien o de una tecnología. Por eso, no dejes de evaluar la ayuda o contribución que éstas herramientas podrían brindarte.

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